Quienes cuidamos a las personas mayores, nos sorprendemos, a menudo, de su gran capacidad de adaptación a situaciones frustrantes. ¿De dónde sacan la fuerza aún a expensas de su auto-observación?. A menudo, en la sencillez de lo cotidiano, intentamos rastrear los motivos que los animan: ¿qué es el amor?, ¿hay diferentes clases?, ¿Cómo acceder a la vejez de manera consciente y serena?.
Para ello nos guiamos de las intuiciones del psicoanalista Erich Fromm en su libro, “El Arte de Amar”. Diferencia cinco tipos que provienen de diferentes estratos de la persona:
Amor fraternal
-Es la clase mas fundamental de amor y es el componente básico de todos los tipos conocidos.
-No puede darse sin cuatro componentes: Cuidado, Respeto, Responsabilidad y Conocimiento hacia la otra persona con el deseo tácito de promover su vida.
-Es un amor no exclusivo. En él se realiza la experiencia de unión con todas las personas, de solidaridad y de reparación. “Todos somos Uno” aunque en la periferia haya diferencias de pensamientos, sentimientos y valores.
-Este amor por ser “de núcleo a núcleo de la personalidad”, implica que cada uno debemos identificarnos previamente con nuestro “Yo” mas íntimo, (conocernos a nosotros mismos a través de la experiencia diaria y a lo largo de toda la vida).
-El amor fraternal es amor entre iguales. Todos necesitamos ayuda incluso cuando “caminamos con nuestros propios pies”.
-El amor al desvalido, al desconocido son el comienzo del amor fraternal pues el amor solo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines personales. En su grado mas profundo, con mayor identificación, se produce la compasión genuina que desarrolla la abnegación.
Amor materno (el paterno hace más hincapié en las nociones de justicia y elección. Mas tarde si el hombre y la mujer evolucionan, ambos tipos se complementan ayudando a la maduración de la personalidad porque se integran “el niño”, el adulto” y “el padre-madre” en uno mismo )
-Inculca al niño, por su carácter incondicional, el amor a la vida, el sentimiento de que ¡es bueno estar vivo, ser criatura!. Es una relación de desigualdad: uno ayuda y el otro recibe.
-Por su carácter altruista y generoso se ha considerado la forma mas elevada de amor y el mas profundo de los vínculos emocionales.
-Una necesidad básica del hombre: “la necesidad de transcendencia” (sentirse cooperador con lo Creado), se obtiene de esta manera tan natural : el amor de la madre por la Creación).
-El amor materno, si está libre de narcisismo, desea que el niño crezca y se separe del progenitor. Aquí dos seres, que estaban unidos, se separan. Se requiere generosidad y capacidad de quien ama. Una madre así ama también a otros niños, a los extraños, a su esposo…a todos los seres humanos. Solo si el amor fraternal está desarrollado, el amor maternal sobrepasa el simple instinto de conservación de los mamíferos por sus crías.
Amor erótico hasta su transformación en conyugal
-Es el anhelo de fusión corporal y psíquica con otra persona de manera exclusiva. Por su raíz instintiva es la forma de amor más engañosa que existe.
-“Nos enamoramos” pues generalmente proyectamos en el otro nuestros deseos y cuando descubrimos “como es”, parece borrarse la intimidad formada.
-“Nos cansamos” de la otra persona porque no estamos dispuestos a experimentar la infinitud de su personalidad. Para ello tendríamos que intentar explorar la nuestra, pero por indiferencia, buscamos prioritariamente la intimidad por contacto sexual para superar el sentimiento de separatidad.
-La creencia de que mostrar la intimidad supone escenificar nuestros enojos, angustias y exhibiciones, hace que con el tiempo se erosione la sensación de comunicación y se busquen nuevas experiencias excitantes. Otros “enamoramientos” están en el trasfondo de muchas separaciones.
-Casi todos los deseos psíquicos: fama, poder, dinero, status, etc., se pueden unir al deseo sexual ya que experimentamos soledad y de esta manera parece aliviarse la tensión. Hasta las emociones sádicas y masoquistas buscan este soporte y por eso están aumentando las perversiones sexuales.
Como la mayoría de la gente une el deseo sexual a la idea del amor conyugal, con facilidad se incurre en el error de creer que se ama cuando solo se desea físicamente. En todos estos casos aparece la avidez, el deseo de conquistar o ser conquistado tan común en los medios de comunicación.
-Si el deseo de unión física no está estimulado por el amor, si el amor erótico no es a la vez fraterno (fundido en la ternura), jamás conduce a la unión salvo en un sentido orgiástico y transitorio.
-La exclusividad que exige este tipo de amor no es “relación posesiva” (que solo sería “un egoísmo a dos”, “un vínculo incestuoso” o “un narcisismo donde se intercambia placer”), sino un compromiso total en todos los aspectos de la vida. Implica el uso de la voluntad y no la actitud caprichosa fruto de una emoción espontánea. Como todos los tipos de amor, se trata de una decisión y de una promesa.
Cuando el amor fraternal crece, el erótico mengua. De manera natural se percibe que el matrimonio monógamo y fiel, crece en ternura. La sexualidad se va vinculando a la trasmisión de la vida (hijos) y las necesidades superiores de compañía, ternura y ayuda mutua transforman progresivamente la energía sexual en vitalidad que sirve para mantener la fortaleza del cuerpo físico. La castidad se comienza a percibir como una liberación para el triunfo de los demás tipos de amor
Amor a sí mismo
-Es respeto por la propia integridad y la unicidad; el amor y la comprensión del “sí mismo” no puede separarse del amor y de la comprensión a los demás. Si no me quiero a mí, ¿cómo querer a otros?. El amor es indivisible.
-La persona egoísta no se ama a sí misma; no siente placer en dar, solo en tomar; busca en los demás su propia utilidad.
-Con frecuencia detrás de “personas generosas”, “que no quieren nada para sí mismas” y que “se sienten orgullosas de lo que hacen” (¿narcisismo?) se encuentra un fuerte egocentrismo que busca por este medio obtener propósitos personales como reconocimiento, fama, etc.
-Quien se ama a sí mismo busca la serenidad y el gozo, que van creciendo en conjunción con el resto de los amores y cuya base es la pureza de intención y el deseo de autoperfección y mejora.
Amor a Dios
-Surge de la necesidad de superar la separatidad y lograr la unión. Exige sensibilidad moral.
-Dios representa el valor supremo por lo que es muy importante reconocer “la religión secreta de cada uno de nosotros”: ¿cuál es realmente nuestro bien mas deseable?.
-Para el hombre primitivo la identificación es con el mundo de los árboles y animales (totems, ídolos, máscaras); así , a distancia, adora sus proezas y posesiones. Al tornarse consciente de sí adopta formas antropomórficas y a través de ellos admira cualidades y valores de mayor o menor grado.
-Dios “como Ser Femenino” me ama pese a mis pecados y soy uno de sus incontables hijos, “como Ser Masculino”, me exige un código ético y debo responder de mis errores.
-El desarrollo intelectual ve a Dios como el símbolo del principio de Unidad subyacente a la multiplicidad de los fenómenos. Dios no es persona y los atributos positivos no le definen con precisión necesitando decir también “lo que no es” para aproximarme a la frase bíblica: “YO SOY EL QUE SOY, MI NOMBRE ES SIN NOMBRE”.
-La persona verdaderamente religiosa ha adquirido la humildad necesaria para percibir sus limitaciones hasta el punto de saber que conoce muy poco de Dios. Para ella, Dios se convierte en la totalidad de lo que se esfuerza por alcanzar, reino del mundo espiritual, del amor, de la verdad, de la justicia. Tiene fe en los principios que Dios representa; piensa la verdad, vive el amor y considera que su vida es toda valiosa solo en la medida que le da la oportunidad de llegar a un desenvolvimiento cada vez mas pleno de sus poderes a través de la entrega a El.
-Si el nivel del pensamiento máximo es “conocer y no obstante pensar que no conocemos” ya que la mente en su máxima actividad solo puede pensar en términos de opuestos y como simple herramienta no refleja la naturaleza de las cosas; entonces el amor a Dios solo puede captarse en la forma correcta de vivir donde se busca experimentar la unidad del alma con el Espíritu.
Si cada tipo de amor es una raíz de la planta de la Vida, recordemos, al realizar las actividades diarias en la Residencia, que cada persona mayor, por el hecho de vivir, ha sabido alimentarse (y dejarse alimentar) por estas fuerzas que una vez descubiertas, debemos seguir ejercitando con tenacidad y alegría.
BIBLIOGRAFÍA : El arte de amar, Erich Fromm, Editorial Paidós
Proximo capítulo: El alma y “sus emociones”, los valores.