A la vista de los Residentes de nuestros Centros, en alguna ocasión, todos hemos emitido juicios de valor sobre si las mujeres o los hombres son más sensibles a…las relaciones familiares, a ejercer determinados roles, al sexo, a la violencia…ansiedad…¿y respecto a la moral?.
Desde la psicología transpersonal, la teoría “de los cuatro cuadrantes” (Individual, Conductual, Cultural y Social) con su concepción jerárquica evolutiva (materia, biología, mente, alma y Conciencia espiritual), podemos intentar discriminar sobre la moralidad de ambos.
Hoy las feministas tienden a considerar a los hombres como “mujeres deficientes” haciendo contrapeso a la concepción contraria de ver a las mujeres como “hombres incompletos”.
Pero la complejidad es aún mayor porque, al menos, hay una docena de grandes escuelas feministas (liberal, socialista, espiritual, ecológica, feminista radical, anarquista, lesbiana, marxista, cultual, constructivista, centrada en el poder…etc.) y que solo coinciden en “la existencia” de lo femenino.
Cuadrante superior derecho (conductual)
Aquí se tienen en cuenta los factores biológicos y hormonales que influyen pero no determinan (por ejemplo; hay estudios sobre la promiscuidad sexual en ambos géneros). Podemos ubicar a las feministas radicales (unidas a los sociobiólogos); para ellas el estrógeno es la diosa y la testosterona, el diablo. Aquí se estudian también necesidades básicas como dar a luz y amamantar, y en el hombre la caza con las consecuencias diferentes que tienen para ambos.
Cuadrante inferior izquierdo (cultural)
La cultura puede fortalecer o invertir incluso tendencias biológicas seleccionando las esferas de valor que serán respetados en los hombres y mujeres.
Aquí se ubican las feministas constructivistas y las culturales. Ambas toman “como opresión de los hombres” lo que muchas veces son necesidades motivadas por tendencias biológicas como amamantar, cuidar a los enfermos, etc., ya que el hombre debía proteger la tribu, etc., con las ventajas e inconvenientes que cada rol conlleva.
Cuadrante inferior derecho (social)
Las fuerzas de producción, modalidades tecnológicas, sustrato económico, ubicación geopolítica, etc., favorecen una visión cultura del mundo y aunque no son deterministas como dice el marxismo, si influyen y ponen límites. Así una sociedad agraria, centrada en el arado, tiene necesariamente que dar mas importancia al hombre. Por eso, “sin darnos cuenta”, se seleccionan también los valores masculinos y femeninos que resultarán mas ventajosos para una determinada sociedad.
Aquí se desenvuelven las feministas marxistas, las sociales y las ecofeministas.
Cuadrante superior izquierdo (intencional)
Recordemos dos impulsos básicos del “yo” para escalar por las estructuras:
- Desarrollo horizontal– para fortalecer el “yo” y mantener la identidad en ese mismo nivel
- Desarrollo vertical– para trascender el “yo” y “sentirse otro”, renovado. La Regresión es desarrollo “hacia abajo” y produce normalmente una escisión (patología) de la personalidad
Los hombres se fortalecen enfatizando la individualidad y se transforman aspirando a subir a Dios, mientras que las mujeres se fortalecen centrándose en la relación y se transforman aspirando a “que Dios baje” y abrace la Tierra.
Esto lleva a la idea de un Dios Transcendente e Inmanente, no a justificar ese “yo ecológico permeable” que puede ser muy egocéntrico (feministas) o esa individualidad que puede asociarse a cualquier pasión oscura (obsesiones tanto terroristas como inmorales).
Si leemos biografías, hechos, etc. de místicos y místicas, observamos que transformar “al yo” y hacerle transparente a las profundidades de lo Divino (mujeres) o a las alturas de Dios (hombres), exige disciplina ética ardua de muchos años, y un alerta para no regresar a estadios inferiores (niveles por debajo del 5).
Carol Gilligan afirma que las mujeres al estar mas atadas a las relaciones sociocéntricas, experimentan gran dificultad para acceder a la trascendencia, pero a la vez no ocupan los grados mas bajos de la escala evolutiva.
Por otro lado, hombres, con mas fácil acceso a la transcendencia, por cada Abrahan Lincoln o Mahatma Gandhi, hay un Charles Manson asesino.
Esto se corrobora cuando utilizamos el test de Jane Loevinger (diseñado originalmente para mujeres). Al puntuar, es mayor el número de hombres que alcanzan estadios mas elevados. Este mismo perfil aparece cuando se analiza el cociente intelectual.
Por lo tanto, si el alma comienza a desarrollarse a partir del estadio siete, tanto los hombres como las mujeres deben superar dificultades aunque “la canción tenga distinta tonalidad”, al traspasar cada estadio del desarrollo.
Aún así, nos preguntamos: ¿por qué hay mas mujeres en las celebraciones litúrgicas?, ¿cómo podemos ayudarnos mutuamente en esta difícil tarea de crecer en el amor espiritual?, ¿hay mandamientos mas o menos difíciles de practicar según se sea hombre o mujer?…
Y como objetivo práctico:
¿Cómo hacer para equilibrar la presencia de mujeres y hombres, mayores en el proyecto espiritual de la Residencia?, ¿cómo despertar a esta necesidad que da sentido a la Vida y a la Muerte?
BIBLIOGRAFÍA:
El Ojo del Espíritu Ken Wilber Kairós