LOS AÑOS DAN EXPERIENCIA: El arte y el Espíritu

¿Qué tipo de arte hay en las Residencias de Mayores?, ¿es bello lo funcional?, ¿hay armonía en los recursos humanos?, ¿tenemos entre los jubilados artistas activos?, ¿es lo Bello pura subjetividad?, ¿cómo diferenciar creaciones armónicas de formas inconsciente arcaicas?, ¿está el genio cerca de la locura o son cosas opuestas?, ¿cómo influye el deterioro cognitivo en la capacidad creativa de un artista?.

 

Algún día pueden generalizarse personas mayores en nuestros Centros que  hayan despuntado por alguna cualidad artística: pintura, escultura… ¿qué dice la psicología transpersonal del arte?. Hoy la proliferación de obras de arte, desconcierta y muchas veces no inducen a sentir “lo Bello”. No nos incitan a “salir de sí” y penetrar en la Obra.

A veces la personalidad del autor pone de manifiesto (Schopenhauer) una subjetividad que proviene de sus zonas inconscientes mas oscuras.

 

Los seres humanos disponemos de tres vías de acceso al conocimiento: el ojo de la carne, el ojo de la mente, y el ojo de la contemplación y que revelan tres aspectos diferentes del mundo: (el mundo material, concreto y sensorial, el mundo simbólico, conceptual y lingüístico y el mundo espiritual, transpersonal y transcendente).

Con independencia de los materiales con los que trabaja el artista: ¿qué realidad intenta reflejar?. Así, el arte puede juzgarse como “mas o menos elevado”.

 

El primer gran logro del arte ha sido plasmar a la perfección el mundo sensorial (vida bucólica, retratos, paisajes…)

Hoy las cámaras fotográficas le han desplazado pero debemos estar muy agradecidos al esfuerzo de tantos artistas. Desde esta sensorialidad, cuadros de contenido religioso han plasmado ese anhelo de acercarse al mundo de los valores (entre tantos, Murillo, el Greco…que presentando pictóricamente ideas trascendentes, introdujeron posibilidades contemplativas de los Misterios de la Vida y de la muerte así como de los mundos suprafísicos).

 

Mas tarde, los artistas han tratado de reproducir la forma de la mente, pasando así de la naturaleza al psiquismo, y nos encontramos con el surrealismo, impresionismo y expresionismo…lo abstracto.

Pero querían ir mas arriba del mundo mental…esta fase comienza con Paul Cézanne a quien Matisse llamó “nuestro maestro”.

Kandinsky (el padre del arte abstracto), dice de su trabajo: “ahora ya podemos escuchar al mundo tal cual es, sin interpretación alguna”.

Los cubistas Picasso y Braque (sus pinturas son mas cerebrales que sensuales, suprimiendo accidentes sensoriales), intentan proclamar la grandeza de las formas metafísicas. Dice un crítico: “se trata del principio insólito y legítimo de pintar las cosas como uno las piensa”. El cubismo, mas tarde, se convirtió en vehículo del impresionismo.

Piet Mondrian; se expresa: “en la realidad, vista desde lo abstracto, el hombre nuevo transciende la nostalgia”. Frantisek Kupka declara: “existe una especie de geometría pictórica del pensamiento, la única posible y que obliga al pintor, a ser mas veraz; esto es lo que pretendo conseguir”.

Marcel Duchamp decía: “me interesa mucho mas recrear pictóricamente las ideas, aspiro a poner la pintura al servicio de la mente”.

Brancusi, que llegó a llamar a su obra supranaturalismo (mas tarde suprematismo), dijo: “deseo expresar la idea del sujeto, lo que nunca muere” (recordemos a Hegel o Schelling: lo ideal es real y lo real es ideal).

 

¿Puede convertirse el arte en un método de crecimiento espiritual?. Según Kandisnky, “el arte verdadero debe implicar el cultivo del alma y del espíritu, por eso el artista debe abrirse a elevados estados de conciencia y convertirse en servidor del Espíritu”.

Así pues, el crecimiento y el desarrollo espiritual del artista le conducen a percepciones, emociones y experiencias cada vez mas sutiles, dice: “el alma esta emergiendo purificada por la batalla y el sufrimiento”, buscaba una “raison dêtre”, “unir lo humano y lo divino”.

Piet Mondrian tenía también esta tenaz aspiración espiritual; “el arte es un medio para conocer lo universal y contemplarlo plásticamente”.

Malevich, por ejemplo, dice: “yo busco a Dios, lo busco dentro de mí…busco a Dios, busco mi rostro” y afirma: “para que este Reino se manifieste en el arte hay que dejar que lo superconsciente  tenga el privilegio de dirigir la creación”.

Franz Marc buscaba “símbolos que pertenecerán a los altares de la religión espiritual del futuro”. Paul Klee, calificaba el arte de “génesis eterna” pues todo cambia excepto el Espíritu.

 

Añadir que la obra de artistas como Goya y Van Gogh estuvieron contaminadas en su crepúsculo por la enfermedad mental. Miguel Ángel Merisi “Caravaggio”,  de vida turbulenta, proyectaba, ¿cómo no?, en sus cuadros ciertas tendencias asesinas (manos en posición de estrangulamiento…) y que en definitiva, sí es verdad que existe una psicopatología del arte, pero que el arte sublime es ajeno a la patología de todo tipo incluidas tesis que relacionan creatividad y homosexualidad.

Conocer los nueve niveles de la estructura de la personalidad nos haría predecir, según el grado de desarrollo alcanzado, la capacidad real del artista así como la interferencia de otros planos inferiores en su creatividad.

 

 

Si el niño evoluciona de los instintos a la razón, el adulto la madura y fortalece y el místico va mas allá del ego individual hasta alcanzar lo universal en un movimiento general que va de la subconsciencia a la autoconciencia y desde ahí a la supraconsciencia; es preciso afirmar que para realizar arte espiritual hay que utilizar las herramientas de la contemplación (meditación y oración dentro de un código moral que en todas las religiones está formado por los diez mandamientos).

Por eso, todos los autores a pesar de sus buenos deseos, son como niños ingenuos ante el Espíritu.

 

Debemos volver el rostro hacia aquellos artistas que han practicado previamente una disciplina espiritual para evitar que sus producciones artísticas sean solo manifestaciones de su subconsciente con los diferentes grados de oscuridad o pequeñas luces que a la percepción de la ignorancia parecen deslumbradoras. (Digamos, a modo de ejemplo, que determinados científicos de la etología han inducido a chimpancés para que pinten cuadros, sólo-rasgos-abstractos eligiendo los colores, que después, han sido glorificados “por especialistas” en las técnicas plásticas, ignorantes del improvisado autor y que solo el psicólogo avezado ha interpretado, como conjunto “de cierta agresividad” al valorar los tipos colores u otros elementos caóticos empleados).

 

El artista-maestro-monje zen con sus clásicos bellos paisajes; Kiko Argüello y otros muchos del pasado y del presente ponen de manifiesto su actitud pionera en el arte epiritual.

Dicho arte irá adquiriendo preeminencia conforme la humanidad no desprecie o ignore las religiones ni el desenvolvimiento espiritual, cuando una psicología profunda sepa discriminar el animal, del humano y del ángel que todos llevamos dentro (el vago, el loco, el buen ciudadano y el místico de que nos habla Aldoux Huxley).

¿Es posible ver este arte elevado en la imagen de un anciano que sobre el trasfondo del jardín nos mira afectuoso?

 

BIBLIOGRAFÍA:

Locos egregios                                     Juan Antonio Vallejo Nájera                              booket

Diario de mi consulta psiquiátrica                     “              “

El ojo del Espíritu                                  Ken Wilber                                                           Kairós

El arte de amar                                       Erich Fomm

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