¡Que bello es “mirar” a cada persona mayor como un alma que conduce al cuerpo, incluso si éste, rebosante de enfermedad, desfallece con frecuencia!.
Parece como si esa persona tuviese una finalidad propia, no caduca, a quien yo puedo enriquecer con mi disponibilidad y él a mi “con su existencia”.
Desde la psicología transpersonal se han intentado describir algunos rasgos del alma. De ese Yo que sostiene el cuerpo y a la mente, intentando a través de los Valores armonizar el caos para llenar de gozo la Vida. ¿Cómo lo expresa Ken Wilber?.
Yo econoético o apertura del alma, quienes acceden a este estadio, descubren:
_Ya no se da una indisociación mágica ni la disociación mítica, sino el misticismo psíquico.
_El Yo se experimenta “como lo individual + algo”. Estas personas no son caracteres débiles, sino individuos con algo mas.
_Hay conciencia creciente de un Yo testigo que observa y que no es masculino ni femenino. Comienza la liberación del rol sexual (la pureza de la androginia y no la sexualidad polimorfa).
_A través de “lo que” observa al Yo, fluye la Luz y el Amor de algo que es el transfondo de nuestro ser donde reside una inmensidad no poseída y que no puede poseerse. (Comienza la liberación del sentido de propiedad).
_Si a este nuevo Centro, le llamamos verdadera individualidad o alma (las relaciones del alma con el Espíritu Divino son tan puras que resulta profano intentar interponerse), descubrimos que
- Es común a todos los seres (el número total de almas es uno).
- Nos hace conscientes de no ser nada y de que “ahí” está todo.
- Da sensación de Presencia, intocable, serena, como si todo fluyera de esa fuente hacia el mundo exterior, a través de nosotros.
- Hay una abertura hacia un vasto espacio de consciencia que ya no está obsesionado por el cuerpo/mente individual, ni las alegrías ni pesares, encontrando paz en el silencio.
- El pasado y el futuro lo absorbe en el momento presente. Se ve al tiempo como un color psicológico proveniente de la luz del alma.
- Se nota que lo espiritual actúa a través el Yo, luego no construye la Naturaleza a nuestro alrededor sino que la expresa, permitiendo al ser humano, reconocerse en los demás.
_Al armonizar la fisiosfera (mundo físico), la biosfera (mundo vital) y la noosfera (mundo de la mente), lo grande y lo pequeño se siente como de la misma importancia.
_Ese Yo profundo se vive como el origen de las cosas donde no llega el análisis, como algo común que brilla en todo.
_El alma, al identificarse desde “dentro y más allá” con todo lo manifestado, accede a un equilibrio entre lo individual y lo colectivo.
_Al sentirse participante de un amor que llega y que no puede retener, comienza a sentir gratitud y adoración por la vida.
Pero para que el alma emerja, antes ha sido necesario ejercitar, en alguna medida, cualquier disciplina espiritual con su código moral común. Los Mandamientos sintetizan cadenas de virtudes/valores engarzados. Unos referidos a la parte individual (para automejora), otros a la parte sociocultural (para mejorar la relación con los demás).
El psicólogo Bernabé Tierno, los describe e interpreta con profundidad en varios libros. Aquí, simplemente, los enumeramos. Su práctica llevaría a este descubrimiento sublime.
Se precisa además una meditación que los interrelacione y una devoción que los acoja con agradecimiento.
Virtudes/Valores para automejorarse:
Trabajo Tesón Superación de la adversidad
Eficacia Esfuerzo Esperanza Humor limpio
Salud Modestia Naturalidad Relajación física y mental
Disciplina Deseo de obrar Diligencia Firmeza
Sencillez Sinceridad Alegría de vivir
Aspiraciones Conocimientos Ampliación de miras
Libertad Individualidad Independencia
Firmeza Orden Optimismo
Austeridad Equilibrio Fe Dignidad
Proyecto de sí Carácter estable Vivir el presente
Autocontrol Autoestima Sentido crítico Gozo intelectual
Voluntad Calma Armonía psicofísica Bienestar
Responsabilidad Autenticidad
Serenidad Silencio Vulnerabilidad Muerte
Vocación Moral Creencias Creatividad
Pureza Sabiduría Autorrealización Transcendencia.
Virtudes/Valores para mejorar la relación con los demás:
Urbanidad Tolerancia Generosidad
Educación Familia Diversión sana Humanidad
Disponibilidad Mansedumbre
Paciencia Dulzura Respeto Piedad
Diálogo Honradez Justicia Obediencia
Solidaridad Sensibilidad al dolor
Amabilidad Complacer a los demás
Dar ejemplo Cordialidad Comprensión
Altruismo Delicadeza
Ternura Compasión Bondad
Caridad Misericordia Gratitud Amor
Por eso, en nuestras residencias, debemos ir más allá de la idea funcionalista que juzga la religión únicamente por los posibles resultados de bienestar que produce como si fuese una especie de “autosugestión benigna” y profundizar en estas realidades que de manera natural (¿oracional?) viven determinadas personas mayores.
De esta manera, mas que “sentir comprensión porque respetamos sus tradiciones”, desearemos que la práctica de las virtudes (o valores) sirvan de catapulta para acceder a estos estados superiores de conciencia donde reencontrar nuestra alma.
Libros consultados: Sexo, ecología y espiritualidad Ken Wilber Ediciones Gaia
Valores humanos Bernabé Tierno Taller de Editores
Próximo capítulo: Desarrollo personal y su relación con las necesidades, la identidad y la moralidad.