En nuestras residencias de mayores, igual que en la vida cultural y social, los términos “muerte y vida” se emplean con frecuencia. Sobre sus contenidos hay mucha confusión semántica. Por ejemplo, defensores de la transcendencia como Norman O. Brown, Charles Garfield, Ronal Laing y otros, consideran “la muerte” como el impulso a renunciar a algo y recuperar la unidad con el espíritu. Los que están en contra de la transcendencia, como Freud, Ferenczi, Ernest Becker, etc., consideran por el contrario que “LA MUERTE” es el impulso de abandonar el ego y regresar al instinto mórbido.

Desde las religiones escuchamos que se debe renunciar a los deseos, “vida”, para ser mas libres, “VIDA”. ¿Cómo se comprende desde la psicología transpersonal?:

 

Recordemos las nueve estructuras básicas correspondientes al desarrollo filo y ontogenético de los seres humanos:

1.-Materia o fusión material: el estadio de menor organización estructural recapitulado en los seres humanos a través de la matriz primaria y que corresponde a los inicios de la vida humana.

2.-Cuerpo: la simple inteligencia sensoriomotora y los impulsos agresivos y sexuales.

3.-Magia: Primera modalidad cognitiva simbólica, el proceso primario que confunde el interior con el exterior, el todo con la parte, el sujeto con el predicado y la imagen con la realidad.

4.-Mítico: Pensamiento simbólico superior incapaz todavía de la comprensión de las operaciones formales. Es un estadio antropomorfo, mezcla todavía de lógica y de la magia.

5.-Mental-racional: racionalidad egoica y lógica de las operaciones formales.

6.-Cuerpo-mente: integración de la mente formal y verbal con el cuerpo emocional.

7.-Psíquico: facultades paranormales, el inicio de las modalidades transpersonales.

8.-Sutil o Arquetípico: sede de los arquetipos, patrones o modelos transindividuales.

9.-Causal: Unidad cada vez mas esencial con el Espíritu.

 

Comencemos diferenciando “muerte y vida” en sus aspectos positivo y negativos:

MUERTE-destrucción prematura e inútil que lleva a la degeneración

muerte-progresivo abandono de todo lo inútil (egoísmo) para acceder a un nivel superior

VIDA-aumento de vitalidad a la búsqueda de la unidad racional y espiritual

vida-deseo de “no renunciar” a lo que ya no sirve, lo que impide el crecimiento personal

 

Todas las personas nos encontramos sometidas a dos fuerzas básicas: a) conservar nuestra estructura, fortaleciéndola, b) modificar esa estructura, trasformándola. Así, trascender una estructura, “es morir” a ella, liberarse para acceder a la siguiente unidad de orden superior. Por el contrario, la renuncia a crecer, produce estancamiento vital (vida), apego y fijación. Finalmente, la regresión (bajar de nivel), es camino hacia LA MUERTE (thanatos freudiano).

 

¿Cómo interpretar, entonces el miedo y la depresión (ansiedad-nostalgia)?, ¿Deberemos decir Ansiedad/ansiedad y Nostalgia/nostalgia según se trate de un cambio de estructura “hacia arriba” o “hacia abajo”a lo largo de las nueve estructuras básicas nombradas?. Habría, entonces, una Nostalgia “buena” (porque impulsa hacia la VIDA y una nostalgia “mala” (porque regresa o se fija a las estructuras mas animales, MUERTE). ¿Podemos entenderlo mejor con la intuición que aporta la poesía?:

 

 

Presagias amplia Verdad

Nostalgia de Encrucijada:

Estructuras a encontrar

donde el Yo busca en la Nada

el-Todo-que-mueve-Amar.

 

nostalgia, letra pequeña,

“depresión”, la lucha evitas

y buscas “hacerte dueña”

de los deseos que irritan

a la Armonía mas Plena.

 

Nostalgia por deshacer

tribal-mágico pasado

y a mitos desatender

para curar el Costado

de Cristo, tu Quehacer.

 

nostalgia porque lo oscuro

dejó de ser ya sabroso,

“drogas, sexo, morbo, frutos

que hacen al cuerpo horroroso

y ante Dios elevan muros”.

 

Nostalgia por un Presente

que anude tiempo futuro

dejando pasado ausente

y afianzando saludos

que al mundo una con puentes.

 

nostalgia porque “mediocre”

no puede ser ensalzado,

presa el alma en vicio-bloque,

se consume sin Amado:

Muerte cala como estoque.

 

Nostalgia que escalas Duma

mientras forjas voluntad

para ascender a la Suma

de la Justicia y Bondad

buscando gozo que acuna.

 

nostalgia porque el vacío

ha ocupado el Sin-sentido

y alrededor cuece frío

porque el deseo ha sufrido

frustración y estás herido

Nostalgia por plenitud,

amistad, apego al Bien

para crecer en virtud

llegando algún día a ser

canal de la gratitud

porque quisiste “mas ver”.

 

nostalgia porque el amigo

no forjó buena amistad:

“partidario de político,

cortesano, él “tu admirar”

o compañero de vicio”.

 

Nostalgia por ascender

a la cumbre de la Dicha

y a los demonios vencer.

Ángel Custodio te ficha,

velos abre, Amanecer.

 

nostalgia por descubrir

el error de mucha idea

que a Iglesia quiso abatir:

política verborrea,

libertino seducir.

 

Nostalgia porque la Gracia

tiene como única fuente

Mandamientos que desplazan

vicios y lo mas urgente:

la Apatía, Virtud mata.

 

nostalgia que intuye lucha

si de cómplices te alejas

o adulador no te escucha

o te falla la pareja

o tus hijos te calumnian.

 

Nostalgia por arrullar

ternura de Virgen-Luz

y dejar “de acomodar”

para sostener la Cruz

y hacia el día caminar.

 

nostalgia porque el detritus

aún cavando, no remite:

“presa el alma y en un grito

pena, llora, ya dimite

pues todo la importa un pito”.

 

Nostalgia porque tu Ser

sabe que Existencia pide

toneladas de querer,

pureza que no cohibe

a la Virgen, Madre-Ley.

 

nostalgia porque dependes

de algo más que tu razón:

“niño-eterno”, no comprendes

que Inocencia da calor

y atrae de Espíritu bienes.

 

Nostalgia, pues Caridad

no se apresa entre tus brazos:

pureza atrae bondad,

simplicidad con hermanos

y ante tu Dios, inmolar…

 

¡ven Vida Trascendental

para mi enfermedad curar!

 

RELACIÓN DE TÉRMINOS USADOS:

Nostalgia: estado de ánimo transitorio cuando el “yo” intenta subir peldaños en el autoconocimiento, aceptando el sacrificio que esto conlleva.

nostalgia:  estado de ánimo transitorio cuando el “yo” intenta bajar o desea no subir peldaños, buscando la distracción o el auto-aniquilamiento para evitar el sufrimiento consciente que supone la búsqueda del equilibrio interior.

 

Visto así, los psicólogos, al tratar las depresiones y demás estados de ánimo negativos, deberían  antes de estigmatizarlos , valorar el nivel de conciencia desde el que afloran (su dirección y sentido).

Una persona “alegre y ansiosa con buena integración” puede estar a un nivel mas bajo de conciencia que otra “serena y triste con baja integración” y para ello se necesitarían escalas que al menos valoren las necesidades que tiene (fisiológicas, de seguridad, pertenencia, autoestima, autorrealización, autotranscendencia…), el grado de identidad alcanzado (autista, simbiótico, impulsivo, conformista, consciente, individualista, autónomo, integrado…) y la moralidad que mueve sus actos (deseo mágico, castigo/obediencia, hedonismo ingenuo, aprobación de los demás, ley y orden, derechos individuales, deberes y principios individuales de conciencia, leyes universales como los códigos religiosos…)

 

¿Cuándo la ética y la espiritualidad con sus códigos morales y objetivos de conciencia guiarán a los psicólogos y a los psiquiatras para no depender tanto de las modas culturales y sociales?. ¿Cuándo no se avergonzarán de poner su razón al servicio de los mandamientos de cualquiera de las cinco religiones básicas?

 

Las personas mayores, con su experiencia de vida, suelen darnos ejemplo de sencillez y valentía, de fuerza en la debilidad y de sentido común. Si nos asomamos a los trastornos de la personalidad y a las dificultades que producen las demencias, que sea no olvidando los verdaderos fines de la Vida y sepamos distinguir entre lo que nos hace personas y lo que como “la estatua convertida en sal” puede ocurrirnos si regresamos a la naturaleza animal. Hay que recordar que “un ángel” nos impedirá siempre la entrada a ese “falso paraíso”, (salvo que para compensar, deseemos entrar por la puerta falsa de la psiquiatría).

Verdad, Salud y Virtud por oposición a Mentira, Enfermedad y Vicio

 

BIBLIOGRAFÍA :

 

Los tres ojos del Conocimiento             Ken Wilber                                         Kairós